Sandra Melgarejo. Madrid
Enrique García Artero, miembro del Departamento de Fisiología de la Facultad de Medicina de la Universidad de Granada, ha publicado el artículo ‘A prospective study of muscular strength and all-cause mortality in men with hypertension’ en Journal of the American College of Cardiology. Este artículo se basa en el proyecto Aerobics Center Longitudinal Study, un estudio longitudinal aún en marcha que surgió en 1970 en el Cooper Institute, en Dallas (Texas, Estados Unidos).
Enrique García Artero.
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Como detalla Gracía Artero, actualmente en el Department of Exercise Science, Public Health Research Center de la Universidad de Carolina del Sur en Columbia (Estados Unidos), “es uno de los proyectos de investigación más antiguos, rigurosos y de mayor alcance en el ámbito de la epidemiología de la actividad física y la condición física, que dio lugar en las décadas de los 80 y 90 a los primeros trabajos de investigación sobre el papel de la condición física sobre la salud general y especialmente cardiovascular”.
“La capacidad aeróbica (con el VO2max como mejor indicador) ha sido tradicionalmente el parámetro de condición física más estudiado. Sin embargo, algunos estudios recientes sugieren que la fuerza muscular juega también un papel importante sobre la salud de la persona, de manera paralela pero independiente de la capacidad aeróbica”, explica.
Los resultados del trabajo publicado en Journal of the American College of Cardiology indican que este efecto protector de la fuerza muscular podría también tener lugar en personas con hipertensión, de nuevo de manera independiente sobre la capacidad aeróbica. “Dicho de otro modo, en personas hipertensas, además del efecto saludable ya conocido de la capacidad aeróbica, la fuerza muscular puede también aportar cierto efecto protector sobre la salud de la persona, en este caso sobre el riesgo de mortalidad por todas las causas”, comenta Gracía Artero.
El investigador post-doctoral destaca que la principal conclusión de este trabajo fue que “aquellas personas (hombres en este caso, pues no disponían de una muestra suficiente de mujeres) con hipertensión que presentan un alto nivel de fuerza muscular tienen un riesgo de mortalidad un 34 por ciento menor, en comparación con aquellas personas también hipertensas pero con un bajo nivel de fuerza muscular”.
Además, se comprobó que el efecto protector de la fuerza muscular es independiente pero paralelo al efecto protector ofrecido por la capacidad aeróbica. Aquellos hombres hipertensos que presentaron al mismo tiempo un alto nivel de fuerza muscular y una alta capacidad aeróbica, presentaron un riesgo de mortalidad un 51 por ciento menor que aquellos otros con bajos niveles de fuerza muscular y de capacidad aeróbica.
En este estudio el nivel de fuerza muscular de los participantes se valoró a través de la prueba conocida como 1 repetición máxima (en dos ejercicios: press banca para tren superior, y sentadilla de piernas para tren inferior). La capacidad aeróbica fue evaluada en tapiz rodante mediante el protocolo de Balke. La evaluación inicial (baseline) tuvo lugar entre 1980 y 1989, y el tiempo promedio de seguimiento fue 18,3 años.
“Lo que estos resultados sugieren es que las personas con hipertensión deberían seguir las recomendaciones oficiales que actualmente existen sobre prescripción de ejercicio para población general y, también, para pacientes cardíacos y personas con riesgo cardiovascular: dos días (no consecutivos) a la semana de ejercicio muscular, empleando los grandes grupos musculares, con al menos una serie de cada ejercicio y entre 8 y 12 repeticiones por serie (bajo supervisión en el caso de pacientes cardiovasculares). De este modo, el ejercicio de tipo muscular debe ser considerado como una herramienta efectiva a incluir en el tratamiento no farmacológico para la prevención y manejo de la hipertensión”, indica García Artero.
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